La enana y el piraña

Yo soy de barrio y es algo de lo que hablo mucho,porque estoy muy orgullosa de mi origen.

Ello de estar orgullosa es absurdo,porque nadie puede elegir donde nace y sería como estar orgullosa de ser morena o de tener una peca en el brazo derecho.Absurdo, es algo totalmente absurdo.

Pero es lo que hay,se me infla el pecho cuando cuento dónde y cómo me crié,bueno,me criaron.

Mis padres eran de uno de los barrios más pobres de la isla,digo pobre y no humilde,porque lo primero es sola una cuestión monetaria,sin más.Pero ellos siempre me hicieron creer que habían prosperado y eran clase media.

La casa de mi abuela era un bloque gigante en medio de todas las casas de colores que cubrían el risco de San Nicolás. En el barrio si algo hay es ganas de cachondeo y en los setenta del siglo pasado apodaron a estos bloques “Los invasores”,por la serie de televisión.En medio de muchas casas bajitas y alguna chabola, cada una de un color diferente construyeron unos edificios de cinco plantas e instalaron allí a muchas familias,la mayoría de ella numerosas.

Risco de San Nicolás de Jaime Checa

Fui todo lo feliz que se puede ser en una infancia,que siempre es un periodo raro,entre esas callejuelas que no seguían ningún orden y en las que era más fácil perderse que encontrar a la vecina.

Mis padres al casarse alquilaron una casa diminuta en un barrio anexo,San Francisco se llamaba el lugar.

Era una calle larga con edificios de protección oficial de la época de la dictadura,que se levantaban acompañando el recorrido de cada una de las aceras que franqueaban la carretera de una dirección.

Ahí, al igual que en el risco todo el mundo tenían un mote.«Aroa,vete a la tienda de Manolo El Torombolo y compra pan. ¡Ah! Y si ves a el Moto le preguntas por tu tío,que creo que salió con el Cabeza Perro ¿Vale? ¡Ah y compra 200g de jamón del holandés,finito!».

Allí yo soy la hija de la niña de Fernandita,la cocinera, la que se casó con el mayor de Maruquita,la enana.

Mi tío también tenía un mote,era el Piraña.Ahora lo entienden todo ¿Verdad? Vengo de un largo linaje de gordopapas y, claro, tengo que mantener los estándares de calidad muy arriba.

Ven,mi destino estaba marcado,nieta de la Fernandita,la cocinera y de Maruquita,la enana.

Pueden intuir que muy altos no somos en mi hogar,pero que se comía muy bien ¿verdad?

Hace unos días me llamaron por mi mote,solo hay unas seis personas en el mundo que saben que me decían así de pequeñita.No,no voy a decir cuál es,pero me río sola,porque es el nombre de un alimento.

Al oírlo he vuelto a tener tres años y me he visto cruzando esa calle de dirección única rodeada de edificios con mi tío.

Sonrío cada vez que oigo ese mote,porque sé que me lo dice alguien que me ve como si fuera una niña de tres años con el pelo lleno de rizos y los ojos bien abiertos.

Siento que ahí se formaron algunos de los valores fundamentales que ahora tanto defiendo. Muchos de los de ese barrio me enseñaron,sin ellos quererlo,que la vida es tan frágil como el papel de fumar.

Tuve muy claro que la felicidad está en una reunión en tu casa con gente que te quiere,aunque mida literalmente 60 metros cuadrados,con comida rica que hacías en un momento y al trancazo y algo para brindar.Las risas hasta la madrugada no tenían precio.

Me enseñaron que si te tenían hasta moño en el trabajo siempre podías hacer una asadero al aire libre con algo de música y olvidarte de todo,total el lunes te iban a seguir esperando los problemas allí.

Te preguntaban eso de «¿Quieres el asadero de pescado o de carne?» y según la respuesta ibas a un lugar u otro a buscar las cosas para la barbacoa.

Buenas brasas,charlas absurdas,música,cero prisas y ganas de acompañarse.

Si alguien estaba malo se iba a la casa y se le hacía compañía.Sin pedir permiso previo ni respetar tiempos ni intimidad ni nada.Te plantabas en su hogar y ya ahí veías si necesita alimento,medicinas,compañía o que le tiraran la basura.La cosa era ayudar.

Sé que todo eso sucedía en medio de muchas tragedias personales y en un ambiente demasiado condicionado por los estragos que hizo la droga en los ochenta y noventa en esta clase de lugares.No estoy edulcorando nada,pero toda esa gente me hizo feliz.

Tengo claro que la única patria que he tenido siempre ha sido mi barrio y por eso soy tan universal. El barrio me ha ayudado a ser del mundo.

No había libros y si jugaban al scrabble se peleaban por ver si «por favor» se escribía junto o separado.Pero había un humor que ya quisieran para ellos los mejores cómicos de este país y una capacidad de resolución de cualquier problema,digna de estudio por cualquier ingeniero.

Mi tía, en verano, siempre decía aquello de «esta comida me va a quedar rica,porque la estoy haciendo al trancazo». Preparaba unos platos impresionantes sin tiempo ni ganas, que te resolvían el día.Por supuesto el Piraña y yo dábamos buena cuenta de ello y hasta nos peleábamos por los trozos de aguacate de la ensalada,que ella cortada como barquitos en tiras largas.

Pues de eso va el asunto hoy de “comida al trancazo”,cosas que salen ricas cuando no quieres cocinar y no tienes tiempo.

Sopa fría de melón y pepino,muy refrescante,batata,la puedes dejar hecho con antelación y te dejará saciada e hidratada.

Huevos rellenos de aguacate y melocotón ,unos huevos diferentes,muy veraniegos y que no llevan trabajo.

Unos fish and chips que te harán amar a todos los hijos de la Gran Bretaña.

Y flan de papaya ,porque sin exotismo la vida no tiene sentido.

Publicado por aroaaleman

Hablo mucho y casi siempre de comida. Gordapapa profesional.

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