Cuesta abajo ¡No hay nada como el hogar!

Adoro bajar esa cuesta, es tan empinada que parece que los frenos del coche te van a pedir un descanso; pero ¡Qué vistas!

Es obvio que hay otros caminos para volver a mi barrio, sin embargo terminado, de manera casi automática convenciéndome de que por ahí el paseo es más tranquilo y más rápido.

Conducir por esa carretera estrecha con coche a todos lados y que serpentea intentando aprovechar cada pequeño recoveco entre casa y casa me produce una extraña sensación de procedencia, esas vistas a la ciudad con la catedral en el centro, las casas de colores en las laderas y el mar de fondo son parte de mi infancia.

Y volver a mi hogar por el camino que tantas veces recorrí me sienta igual de bien que pisar el suelo de mi salón descalza cuando estoy recién bañada y acabo de terminar de limpiar.

Ya sé que estoy romantizando un lugar y una época que nada tiene que ver con la realidad, pero no se atrevan a corregirme. Ya saben lo que dicen los que saben «recordar es hacer poesía, no historia».

Vuelve a casa, siempre, por el camino que te produzca más gustete, el deleite de contemplar lo que te parece bello, bien vale llegar unos minutos más tarde ¿no?

Ir tan en automático que al llegar a casa no sabes ni cómo ni cuándo el coche te trajo hasta ahí, no creo que me vaya a traer nada bueno, así que prefiero seguir manejando las idas y venidas como si fuera parte de la felicidad.

Tómate este texto como la señal para buscar sitios bonitos en tus rutinas diarias y para comprar ingredientes para hacer un potaje de berros o unas arvejas.

Si no entiendes la relación entre las arvejas y el potaje de berros con las cuestas con vistas bonitas hasta tu hogar, no somos del mismo planeta. Y no pasa nada, pero haz un plato de cuchara, de eso no te vas a arrepentir.

Este potaje de berros es el de siempre, el de las abuelas, pero sin nada de carne. El truco siempre está en el majado.

Las arvejas es un guiso de guisantes, es obvio que la influencia portuguesa en Canarias ha perdurado en el tiempo.

Publicado por aroaaleman

Hablo mucho y casi siempre de comida. Gordapapa profesional.

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